En esta vorágine sin parangón de felicidad también hay espacio para la crítica: una de las vertientes de comentarios más dura sobre el evento ha sido la que los swifters han dedicado a aquellos invitados que no son seguidores de la música de la norteamericana. Y en esta linde, ha sido Violeta Mangriñán quien ha acaparado todos los focos.
La influencer asistió invitada al primero de los conciertos, que duró más de tres horas y en el que Swift cantó 43 canciones. Sin embargo, el hecho de que la invitación procediera de una marca y que su actitud no fuera la más animada han despertado las voces de la animadversión de aquellos que se plantean por qué recibe un boleto ella y no otra persona. “Es lamentable que inviten a gente que no es fan o ni si quiera le interese la artista que canta, que lo aprovechen personas que lo disfrutarían de verdad”, ha escrito una persona en redes sociales, aunando la queja colectiva y, en consecuencia, desatando la contundente respuesta de Mangriñán.
“He ido a muchos conciertos a lo largo de mi vida, como al de Maluma, al de Aitana, al de Ana Mena… sin ser superfan de la persona que está cantando. Fui al concierto de Maluma porque me gustaban algunas de sus canciones, paso un buen rato y me vuelvo a mi casa, no soy muy fan, pero voy al concierto”, iniciaba la exconcursante de Supervivientes, equiparando esta situación con todas las anteriores: “En este caso, me han invitado y evidentemente he ido”.
Después se lanzaba de cabeza a la cuestión principal y argumentaba, preguntándose y respondiéndose a sí misma, el motivo por el que mostró una determinada actitud durante el concierto: “¿No he estado todo el rato bailando? No. Uno: porque no me encanta bailar. Dos: porque me dolían los pies. Y tres: ¿y si me quiero sentar todo el rato, qué pasa?”. En definitiva, achaca esta clase de comentarios a una constante que, a su juicio, carece de importancia, pero rezuma molesta frecuencia. “Es un linchamiento diario. De verdad que no entiendo el revuelo. Creo que hay cosas más importantes por las que llevarse las manos a la cabeza”.
Tras insistir en que no había hecho ningún mal, ni ella ni todas las que fueron invitadas, por “bailar cuatro canciones”, sentenciaba adelantándose a los comentarios que, prevé, lloverán en la siguiente ocasión: “También voy a ir al concierto de Karol G porque me han invitado, por si me queréis ir hateando ya y nos lo quitamos de encima”. Habrá que ver si se solapa la resaca musical de Taylor Swift con la de la colombiana.